domingo, junio 01, 2014

En el principio, creó Dios
los cielos y la tierra

así empieza la Biblia

y separó a la oscuridad y la hizo noche
a la luz, la hizo y la hizo día

el agua ya estaba
pero tuvo que separarla:
era el segundo día, todavía, y
separar era todo, o casi todo
lo que había

creó luego, el miércoles,
las plantas
que vivieron un día entero,
dicen que casi una eternidad,
en las sombras separando, para variar,
cielo y mar

fue recién al cuarto día
cuando Dios creó el Sol y la Luna
como para darle algo distintivo
a la Noche y el Día

no fue muy prolijo en el orden
pero, de nuevo, no había nadie para criticarlo

al quinto día
fueron los peces
la Tierra era un gran acuario:
en el agua de abajo, nadaban los peces,
en el agua de arriba, tmb nadaban
las aves.

Fue el sexto día el nuestro:
los hombres y los demás animales,
un salad bar con patas para los buenos hijos del Padre.
Todos creados el mismo día.

Llegó a su fin la creación,
y en ese mismo momento comenzó
la era de la destrucción, su correlato

y todos conocemos el adagio
del septimo día y el descanso
de cómo Dios creo lo último que faltaba:
la angustia en blanco
de estar tirado el domingo
saber que la rueda está reempezando
y que es el último momento para hacer algo

Hoy día
Dios sigue sentado en un banco,
toma una cerveza y mira,
vivimos todos nosotros
en el Domingo del cosmos

en la modorra divina
en la era de la destrucción de las cosas.