En el principio, creó Dios
los cielos
y la tierra
así empieza
la Biblia
y separó a
la oscuridad y la hizo noche
a la luz,
la hizo y la hizo día
el agua ya
estaba
pero tuvo
que separarla:
era el
segundo día, todavía, y
separar era
todo, o casi todo
lo que
había
creó luego,
el miércoles,
las plantas
que
vivieron un día entero,
dicen que
casi una eternidad,
en las
sombras separando, para variar,
cielo y mar
fue recién
al cuarto día
cuando Dios
creó el Sol y la Luna
como para
darle algo distintivo
a la Noche
y el Día
no fue muy
prolijo en el orden
pero, de
nuevo, no había nadie para criticarlo
al quinto
día
fueron los
peces
la Tierra
era un gran acuario:
en el agua
de abajo, nadaban los peces,
en el agua de
arriba, tmb nadaban
las aves.
Fue el
sexto día el nuestro:
los hombres
y los demás animales,
un salad
bar con patas para los buenos hijos del Padre.
Todos
creados el mismo día.
Llegó a su
fin la creación,
y en ese
mismo momento comenzó
la era de
la destrucción, su correlato
y todos
conocemos el adagio
del septimo
día y el descanso
de cómo
Dios creo lo último que faltaba:
la angustia
en blanco
de estar
tirado el domingo
saber que
la rueda está reempezando
y que es el
último momento para hacer algo
Hoy día
Dios sigue
sentado en un banco,
toma una
cerveza y mira,
vivimos todos
nosotros
en el
Domingo del cosmos
en la
modorra divina
en la era de la destrucción de las cosas.
en la era de la destrucción de las cosas.
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