Ella hizo combustión espontánea en el subte
y él se enamora de cualquiera que lo haya visto
y ella, la otra, los odia a todos esos
y los mata uno por uno.
Él se acerca por amor a todos
y por sexo, obvio, que es como el amor pero en otro idioma.
Ella, la otra, se acerca armada a todos
y los mata uno por uno.
Él y ella pronto se encontrarán
y ella no lo podrá matar
y él se enamorará y ella, odiándose,
terminará cayendo también
pero la policía ya la está alcanzando
y él cuando lo interrogan sigue ocultando algo,
cree el intrépido policía,
trabajó toda la investigación con un periodista
que vio todo lo sucedido desde afuera
-llegó tarde a tomar el subte ese día-
así que lo dejan ir tranquilo para seguirlo
y la trampa funciona:
él la busca a ella,
la otra,
y tratan de escaparse de todo.
Ella hizo combustión espontánea
y por eso ellos se enamoran
dios los cría y ellos se juntan
pero ya es tarde
porque ya llega la policía
se encierran en un galpón y un Cabo,
un poco listo, un poco exagerado,
le prende fuego al recinto
y los dos mueren abrazados
combustionados
y enamorados.
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